sábado, 3 de abril de 2010
Aprender una lengua extranjera facilita la incorporación de estructuras gramaticales y lógicas en castellano
Laura Casanovas LA NACION
A las razones que se suelen postular a favor del conocimiento de varios idiomas se suma la constatacion de otra más: los alumnos que en el colegio aprenden una lengua extranjera tienen mejores resultados en el aprendizaje de la lengua materna.
Así lo indica un estudio que hizo el Ministerio de Educación español y el British Council sobre la experiencia de 120 colegios públicos bilingües de España que tienen inglés como segunda lengua, y cuyo resultado publicó el diario El País, de Madrid, días atrás. Los especialistas argentinos también lo corroboran en nuestro país.
La mejoría en el aprendizaje de la lengua materna se verifica no sólo en aquellos chicos que concurren a una institución bilingüe, sino también en quienes reciben una enseñanza intensificada en una segunda lengua, como sucede en los colegios plurilingües públicos de la ciudad de Buenos Aires.
"Están probados los beneficios. A veces, ya dentro del primer año, los chicos empiezan esta reflexión que les permite, por ejemplo, descubrir el orden del adjetivo y el sustantivo. Las mismas actividades que se utilizan los llevan a establecer comparaciones y a desarrollar esa plasticidad para moverse de una lengua a la otra", indicó a LA NACION Teresa Davis, profesora de inglés, quien trabajó en el inicio del proyecto de las escuelas plurilingües porteñas.
Actual directora ejecutiva del Centro Universitario de Idiomas (CUI) de la UBA, Davis señaló: "En las escuelas de contextos más desfavorables, es mucho más evidente que el aprendizaje de una lengua extranjera permite al chico desarrollar más su lengua materna y hasta su autoestima".
La especialista indicó que los beneficios de aprender una segunda lengua se han podido constatar no sólo con la enseñanza del inglés, sino también con la del francés, el portugués y el italiano.
Los chicos que asisten a las escuelas plurilingües tienen ocho horas de clase semanales de lengua extranjera a partir de primer grado, y en cuarto grado se incorpora la enseñanza de una segunda lengua, con una carga horaria de tres horas semanales. Estas instituciones son de doble jornada. Con más confianza
Lucila Gassó, experta en lenguas extranjeras, señaló: "Las investigaciones de numerosas experiencias internacionales y en nuestro país demuestran que la enseñanza de dos lenguas refuerza otros aprendizajes, especialmente el de la lengua materna, y representa importantes beneficios socioculturales, cognitivos, psicológicos y lingüísticos".
Además, su trabajo en el CUI le permite a Gassó comprobar que los alumnos que saben una o más lenguas extranjeras "encaran el estudio de un nuevo idioma con confianza y entusiasmo", mientras que aquellos que se acercan a la experiencia por primera vez o tuvieron una historia de fracasos en la escuela "lo hacen con temor y desconfianza de sus propias posibilidades de aprender una nueva lengua".
Eduardo Minces, médico especialista en psiquiatría, explicó: "El aprendizaje de distintos idiomas conlleva la puesta en marcha de mecanismos psíquicos complejos, que implican no sólo una mera traducción de los significados de sus palabras, sino también la comprensión de distintas estructuras gramaticales, reglas lógicas y orden asociativo, por nombrar algunas características diferenciales".
Asimismo, Minces sostuvo que, si bien el logro del aprendizaje simultáneo en edad temprana, cuando la maduración neurológica y psíquica están en pleno desarrollo, podría fortalecer la capacidad de comprensión del sujeto y un mejor desarrollo intelectual posterior, la adquisición de una segunda lengua debe estar suspeditada a "condiciones que tienen que ser cuidadosamente evaluadas en cada caso".
Al respecto, el estudio realizado en España arrojó que un 10% de los alumnos tiene dificultades para enfrentarse a dos lenguas. El profesor de la Universidad de La Laguna y especialista en lenguas extranjeras, Plácido Bazo, subrayó al diario El País "el peso cognitivo que supone realizar un aprendizaje con doble simetría de habilidades lectoescritoras, que no sólo aumenta el tiempo de dedicación a estas técnicas, sino también las habilidades de pensamiento al integrar las dobles formas y estrategias de cada una de las lenguas".
Y agregó que es ese esfuerzo que una parte del alumnado no puede realizar lo que obliga a reconocer un abandono o fracaso cercano al 10 por ciento.
"Del estudio que se hizo en España no surge que los chicos que son bilingües tengan más capacidades cognitivas, es decir, que sean más inteligentes, sino que desarrollan más estrategias académicas", explicó Florencia Salvarezza, lingüista y coordinadora ejecutiva del Departamento Infanto-Juvenil del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco).
Salvarezza consideró que, en el caso particular del inglés, la modalidad pedagógica de enseñanza de esta lengua es muy fuerte en comprensión de textos y lectura, lo cual los alumnos trasladan al castellano. Por eso, consideró que "hay que replantearse las estrategias pedagógicas en lengua castellana". VENTAJAS
De uno a otro. Los chicos que aprenden un idioma extranjero incorporan estructuras gramaticales y lógicas del castellano con más facilidad.
Lo más difícil. Intensifican su capacidad de comprensión de textos y lectura, dos dificultades frecuentes en el aprendizaje de la lengua materna.
Autoestima. Están mejor predispuestos para aprender una tercera lengua y manifiestan cambios en su autoconfianza para estudiar.
Con menos, más. Los beneficios son particularmente notorios en los chicos de contextos sociales más desfavorecidos.
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